Recuerdo con mucho cariño el día en que una profesora de Nael, mi hijo de 4 años, vino a cenar a casa a finales de Junio. Nael estaba tan contento que además de ayudar a preparar el pan, pelar los guisantes, rebozar las croquetas y preparar una ensalada, estuvo unos días cosiendo un broche de lana para la maestra. Cuando me enseñó el broche, una sensación de sorpresa y alegría recorrió mi cuerpo.
Los niños y niñas deben aprender disfrutando y sintiendo; hacer pan, limpiar, cuidar un huerto, tejer o moldear son artes que generalmente ya no tienen cabida en nuestro sistema educativo ni en nuestra vida diaria. En esta loca carrera por aprender el máximo de conocimientos intelectuales en el mínimo tiempo posible, la felicidad y el juego del niño han pasado a un segundo plano: después de pasar diariamente más horas en el colegio que los universitarios llegan las actividades extraescolares y de refuerzo para mejorar el rendimiento escolar. No podemos transmitir que perciban una presión que nosotros no queremos ni para nuestras propias vidas.
Hemos olvidado que el aprendizaje es algo innato en todos los humanos, un proceso que se realiza por imitación y juego. La alegría y la felicidad deben estar presentes en cada momento de los primeros años, no únicamente en las horas de recreo. La felicidad debe formar parte del cualquier proceso, no del éxito final.
Así que mientras aumenta el número de alumnos brillantes, también lo hace el fracaso escolar (el 33% de los alumnos catalanes suspendieron español, catalán e inglés según el último informe PISA), y consecuentemente aparecen nuevas alternativas para una educación más personalizada y respetuosa, una educación más humana.
Hace un tiempo hablamos sobre La Educación Prohibida, una película que pretende mostrar otro tipo de sistemas educativos y que ha sido rodada gracias a las aportaciones económicas individuales. La película ya está completa en YouTube en alta calidad y se puede ver de forma gratuita. La Educación Prohibida introduce las pedagogías Montessori, HomeSchooling, Pediatría Sistémica, Educación Popular, Educación libre, pedagogía logosofica, Proyecto killpatrick, Escuela nueva-Activa, Escuela democrática, Pedagogía Waldorf y Reggio Emilia.
¡Espero que os guste!
5 Comentarios
Que alegría volver a leerte
No puc estar més d’acord amb tu. Gràcies per compartir-ho!
Cuánta verdad!
Ahora estamos llevando a la peque a una escuela de educación libre en el barrio de Gracia, en teoría hasta los 6 … pero no paro de pensar, y luego que? Todos presionan con que después no encontraré plaza en una escuela «normal» y que el cambio será peor y te sientes siempre como un pez nadando a contra corriente, es muy cansado, pero como comentas, el ver cómo los niños aprenden de manera innata y disfrutando, a ser, a hacer, recompensa todo lo demás.
A veces me planteo el mudarme de barrio, de ciudad, de sitio, solo pensando en la educación de mis hijos, pero es dificil.
Desde el silencio admiro todas las decisiones que habeis tomado y el camino que estais siguiendo… quizás algún día tb nos toque!
Muchas felicidades por la vida que teneis! 🙂
Hola Javier, muchas gracias por tu comentario! Me alegra haber vuelto después de unas largas y complicadas vacaciones…
Berta, no puedo estar más de acuerdo contigo. Nuestra última mudanza hará ya año y medio fue debido exclusivamente pensando en el futuro de nuestros hijos. Queríamos que su educación fuera acorde con nuestros principios y donde vivíamos no nos gustaba el modelo educativo. Este verano hemos tenido la oportunidad de participar en la mudanza de la escuela a un nuevo edificio mucho mayor con el fin de homologar primaria y, con los años y sueños, también secundaria. Algunas de nuestras maestras vivieron la pedagogía Waldorf durante toda su educación en Alemania y eso nos anima muchísimo.
En fin, quería decirte que por supuesto que vale la pena. Los primeros años son los más básicos para respetar el bienestar del pequeño, y empezar por ahí es genial. Si después la situación cambia, pues habrá que aceptarlo, pero quizá puedas seguir el camino empezado y todavía notarás más la diferencia. Los caminos se abren para aquél que intenta descubrir nuevos senderos…
Enlazo un artículo de la Vanguardia. «Aún estamos educando para el codazo y la exclusión» http://www.lavanguardia.com/lacontra/20120915/54350431432/la-contra-luis-lopez-gonzalez.html