Durante toda mi infancia y adolescencia no tuve ningún reparo en medicarme cada vez que tenía una dolencia. Mis amigos solían bromear sobre mis constantes recaídas en cama, así que empecé a preguntarme si aquello era normal y si mis repetidas alergias, resfriados, gripes y demás no eran consecuencia de un exceso de medicación y un sistema inmunitario demasiado débil. Así que con el tiempo mejoré mi alimentación, especialmente dejando la leche de vaca y productos no ecológicos, rebajé el glúten y mi estado de salud ha ido mejorando espectacularmente. Me siento fuerte y sano, una sensación que no había tenido nunca.
Creo que las enfermedades ponen de manifiesto nuestras incoherencias emocionales y mentales, así que evitarlas solo nos hacen más inconscientes. Personalmente solía encadenar un disgusto con una gripe a 40 grados, o dolores de espalda cuando me sentía demasiado presionado o estresado. Ahora, siempre que noto una dolencia, me paro para dedicarle el tiempo que se merece y dejarme sentir de dónde viene aquello realmente.
La Dolça Revolució
Mi madre siempre había utilizado plantas cuando se encontraba mal, así que cuando fui a vivir al campo, me fue fácil recuperar su uso, cultivarlas con ganas y tomarlas cuando eran necesarias. Con algunos cursos, libros y observación aprendí sobre muchísimas plantas y arbustos que me parecen maravillosos: plantas para abrir el apetito, para relajarte, para curar golpes, para no tener alergia, hacer pasta de dientes… Incluso algunas plantas todavía más poderosas como la Stevia, que tiene incontables aplicaciones, o el Shisho o la Salvia de Uruguay por ejemplo.
Hace un par de años acudí a un curso de bioconstrucción y en una escapada a ver un edificio de cob, pude conocer un vivero de La Dolça Revolució. Esta asociación pretende compartir conocimientos sobre plantas medicinales de una manera altruista y difundir el uso y cultivo de las mismas para proveer de más autosuficiencia y salud a la población.
La industria farmacéutica
El organismo que teóricamente debería trabajar más por la salud de las personas, la OMS, ya se ha presentado en más de una ocasión como un instrumento manipulador y poco imparcial (cabe recordar la Gripe A). El 80% de la financiación de la OMS proviene de empresas privadas, así que es difícil que con solo un 20% pueda ser más objetiva. Para los más incrédulos, recomendaría tener la mente abierta para escuchar y razonar antes de juzgar y desacreditar cualquier cosa que suene «esotérica». En PubMed, una página médica pública se pueden encontrar todos los estudios médicos realizados sobre cada planta y los resultados obtenidos. ¡Algunas plantas como el Tomillo tienen más de 1,800 estudios!
Josep Pàmies es una de las caras más visibles de La Dolça Revolució y de las personas que más tiempo ha invertido en difundir el verdadero juego de la industria farmacéutica y de las opciones que tenemos de aprender y experimentar con las plantas. En este vídeo grabado en el I Congreso de Alimentación Consciente podemos introducirnos en las bases y los casos que han desatado el interés por una manera más saludable de curar.
Conoce algunas plantas
Si quieres más información, también te recomiendo mirar este documental también de Josep Pàmies y que profundiza en muchísimas más plantas.
Por cierto, ¿sabías que es ilegal etiquetar las propiedades de las plantas? Las mismas propiedades que promocionan algunos alimentos (por ejemplo el Danacol), están prohibidas promocionarlas en los vegetales.
2 Comentarios
¿Qué opinión tiene del llamado «mms» que tanto promociona Josep Pàmies ?
Yo también estaría interesada en saber su opinión, un familiar sufe un cáncer de cólon, me hablaron del mms y del kalanchoe, pero no se qué pensar…